Esta mañana sonaba el despertador a las siete y media, tocaba madrugar pues comenzaba la segunda parte de nuestro viaje. A las doce del mediodía salía nuestro vuelo hacia Varsovia.
Nada más llegar al aeropuerto de la capital polaca fuimos a por nuestro segundo coche de alquiler durante nuestras vacaciones y nos dirigimos al hotel, un edificio muy alto situado en la zona financiera y a tan solo tres kilómetros del centro histórico.
Tras comer algo visitamos el casco antiguo de la ciudad. Varsovia quedó completamente destruida tras la II Guerra Mundial. A pesar de ello el centro histórico fue reconstruido tal y como estaba antes del conflicto siendo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980. En él se puede ver la plaza del mercado, las murallas, la barbacana o la catedral de San Juan.
El clima veraniego (29 grados) nos dejó agotados así que decidimos cenar algo típico del lugar para recuperar fuerzas.
La primera impresión de Varsovia ha sido más que positiva. Me encanta esta ciudad.
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